Los huéspedes que atraviesan las puertas de acceso de Can Bordoy Grand House & Garden calibran, de inmediato, el valor de los objetos que decoran sus paredes. Es arte auténtico que, en muchos casos, se acompaña de historias personales de la persona que los adquirió, Mikael Hall, reflejando una relación de amor infinito entre un edificio y su propietario que, enamorado de su esplendor, no cesa de hacerle regalos.
Desde que lo compró en 2014, y hasta que en 2018 lo convirtió en un hotel de 5 estrellas Gran Lujo con mucho arte, recorrió anticuarios y galerías de arte de toda Europa, escogiendo piezas que encajasen con su estilo y personalidad. Un hito alcanzado con mimo y una gran dosis de buen gusto.
Gracias a ello, lejos de la estridencia con la que algunos hoteles con arte muestran su patrimonio, Can Bordoy Grand House ha sabido integrar sus obras de arte de manera natural, y haciendo partícipe de ellas a sus visitantes.
Por ejemplo, los comensales que acuden al restaurante Botànic se sientan, sin saberlo, en auténticas reliquias aristocráticas, puesto que son sillas del Siglo XVIII, que en su día sirvieron para dar descanso a miembros de la realeza escandinava en el Palacio de Charlottenborg de Copenhague, y que sobrevivieron milagrosamente al incendio que devastó la noble morada.
Unos minutos antes han pasado por la Sala Jumanji, llamada así por el interiorismo floral que cubre el techo de la estancia, en un guiño a la frondosa naturaleza de su jardín exterior. Allí, un impresionante retrato anónimo del Siglo XVIII de Madame Maintenon les da la bienvenida, recordándoles que ella fue, supuestamente, una de las personas que más influyó en el reinado del conocido como Rey Sol.
Ya de retirada hacia su habitación, los huéspedes de esta gran casa ascienden la escalera original de este hermoso edificio de la burguesía mallorquina, con más de 500 años de historia, siendo cada vez más conscientes de la riqueza artística que atesora en todos sus rincones.
Cuando se adentran en el pasillo del primer piso, observan un mueble bar de época, que vigila el paso de los clientes sin desvelar su identidad, y sin contar que en su día ocupó un rincón del famoso hotel Savoy de Londres, y sirvió copas a un miembro de la familia real británica, cuya identidad guarda secretamente en su memoria.
La velada llega a su fin, y al entrar en la Suite número 18, los huéspedes de este icónico establecimiento obtienen la última prueba que confirma lo que han estado intuyendo desde que llegaron, y durante toda la noche. El mueble que ejerce de armario en la alcoba es, en realidad, otra pieza de colección: un precioso gabinete chino, como el que utilizaban los grandes viajeros del Siglo XIX al desplazarse durante sus largos recorridos.
Entonces, se miran, y se ríen. Han elegido Can Bordoy Grand House & Garden por su privilegiada ubicación en el centro histórico de Palma de Mallorca, dónde se encuentran las mejores galerías de arte y museos de la ciudad, que quieren visitar, y, al final, el mejor arte lo han encontrado en el interior de esta gran casa. Si buscan un hotel con mucho arte, no lo duden, ¡les esperamos!